Para saber cómo abordarme… no me busques después de tiempo para pedirme algo de la nada, o te aparezcas como un holograma diciéndome cualquier tontería para convivir conmigo de un modo unilateral.
No me pienses como un entretenimiento variedad de palenque un domingo nostálgico en el que dentro de tu egocentrismo decidiste que yo soy la única persona que está para ti, porque estás acostumbrada a que toda la vida ha sido así.
No te acerques con tu remolino emocional a vaciar en mí tus confusiones, no me interesa que me dejes con una estocada a medio pecho y moribundo.
Déjame si para ti lo único que existe es tu existencia y supervivencia, sobre todo si tienes falta de empatía conmigo.
Aléjate aún así sin que sepas cuáles son tus intenciones, así la verdad no me interesa. Y no me interesa porque ya sé que lo único que ves en mí es un hueco en el cual vaciar tus demonios.
Yo estoy bien así y no me hace falta llenar ni que me vacíen ningún tipo de vacíos extraños, haz de saber que ese tiempo de llenar vacíos emocionales ya pasó de moda para mí, entonces por ahí debe haber algún interesado.
Ojo y que quede bien claro que no estoy buscando tampoco una utopía.
En cambio
Acércate a mí para llenarme de nuevas experiencias, emociones y conocimientos, para contarme tu vida, tus inquietudes… para abrir un dialogo en el que tengamos una comunicación bilateral.
Acércate para exponerme un mundo nuevo y más ameno que en el que vivimos a modo de compañía. Y que se entienda bien la palabra compañía como un sinónimo de equipo, de homólogo y recíproco.
Ven y compárteme porqué estás triste, feliz o encabronada, que te escucho intentando ser lo más humano posible para ayudarte, reírme o motivarte con algún punto de vista que construyamos juntos.
Ponme una canción, cántamela o bailémosla. Compárteme un fragmento de un texto, aún así sea la información nutrimental de tu cereal favorito, cuéntame cuál es tu cereal favorito… dime qué fue lo más padre que te pasó hoy.
Ojo acá también, que quiero que te quede bien claro que no te espero perfecta, porque sé que la vida no es perfecta y que no somos todo rosa. No estoy buscando una utopía.
Te invito a caminar conmigo, a correr, trotar y volar a la par… me sumo a cualquier plan que ejerzamos y conciliemos juntos. Seré el primero en sumarme a la batalla sin pensarlo dos segundos cuando se trate de lo que sea que pudiera estarnos pasando.
Basándome un poquito en el poema de Benedetti «Táctica y estrategia»… quiero comentarte que, a diferencia de aquél mago, que tiene por estrategia que finalmente lo necesiten, la mía va de la mano con la idea de hacernos compañía.
Más allá de buscar que «un día, no sé cómo ni con qué pretexto, por fin me necesites», más bien que un día, no sé cómo ni con qué pretexto por fin estemos tan conectados con la individualidad de cada uno, que no tengamos la «necesidad» de mantenernos unidos por apego, sino por el mero placer de hacernos compañía.